La columna de Flecha

Quería ser campeón. Porque amo esta camiseta desde hace casi 14 años, porque el equipo hizo un gran campeonato, donde se dio el lujo de eliminar a rivales importantes, y porque no levantamos una copa desde 2017 (parecía tan sencillo...). De todos modos, mi principal deseo era que Bocha recibiera el trofeo, casi como un acto de justicia poética. 

El destino no quiso que estuviera en la cancha ante Cruzados y ahí empezamos a perder la final. Bocha es el capitán. Es el corazón del equipo. El que siempre tiene algo más para dar. El que nos contagia. El que nos enseña el camino. El que no tiene problemas en ponerse en un rol secundario aunque sea un crack. El que es capaz de jugar de 5, de 6, de extremo o de segunda punta con tal de beneficiar al Deportivo Carrascosa. Y es por eso que esta derrota me duele un poco más.

Hicimos todo y nuevamente no nos alcanzó en la final. El fútbol siempre da revancha y, aunque las opciones de ser campeones cada día sean más complicadas, lo vamos a seguir intentando. Con Bocha como líder... 

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