Se acabó un ciclo

De aquel sueño de campeón a este triste final. El 0-3 ante The Galpón solamente sirvió para confirmar lo que estaba a la vista: en la mala, solamente quedamos aquellos que sentimos la camiseta, aquellos que respetamos al compañero, aquellos que damos un 101% aunque las cosas no nos salgan como deseamos.

Creo que no salimos campeones (porque teníamos todo para lograrlo) por nosotros mismos. Nos autoboicoteamos. Hicimos todo para perder. El penoso show exhibido ante Branca F11 fue el principio de la hecatombe pese a la importante victoria conseguida ante uno de los mejores conjuntos del certamen.

Tras los desagradables sucesos que obligaron al DT a echar con total justicia a Mariano y Ricardo algo cambió en el plantel. Nunca fuimos todos amigos, eso es prácticamente imposible en cualquier estructura grupal. De todos modos, en estos 5 años siempre primó generalmente el buen clima y el respeto. Y en este apartado se destacan los Paul, los Moccioli, los Charly, los Edu Larralde, quienes siempre son los primeros en alentar y cooperar con el compañero.

El 4-1 ante Asociación Ilícita fue nuestro último éxito y completó el arranque demoledor de tres triunfos consecutivos. Sin embargo, otra vez la falta de respeto volvió a dominar la escena: Cristian, un muchacho con aires de grandeza que no cambia la historia en el verde césped, continuó complicando el panorama. Por eso, tampoco sorprendió la tercera baja telefónica post 1-1 vs Cuba Libre…

Así no se podía ganar. No tanto por los nombres propios eyectados; sino porque no teníamos tiempo de reemplazarlos dentro de la estructura. Los empates inmerecidos (debimos perder ante Sagarna, Cuba Libre y Conceisao) quizás nos engañaron. La tabla nos tenía como líderes virtuales pero el juego iba en decadencia, sobre todo por las lesiones de Vaguinho y Patricio, nuestros únicos héroes, nuestros emblemas, jugando bien o jugando mal.

Quedó más que claro que cuando ellos se arrastraron en la cancha por razones físicas, no hubo nadie atrás que se pusiera el equipo al hombro. Y encima uno tiene que enterarse que hay gente que no fue “feliz”. Esa es la lastimosa excusa de un jugador que nunca dio la talla de “crack” y que se fue por la puerta de atrás para nunca más volver. Hasta siempre, Sebastián; gracias por los servicios prestados.

Y así se fue el peor semestre del Deportivo Carrascosa desde junio de 2007. Ahora, llegará el tiempo del balance y pensar los objetivos para la temporada 2013. Se vienen profundos cambios. Es tiempo de incorporar gente que sume y no falsas “estrellitas” que cuando hubo que decir presente siempre faltaron a las grandes citas. Chau, felicidades…